CUMBRES DE CARTAGENA: SENDERISMO
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Una noche en Galeras




Esta noche no me tocó guardia en galeras, ni estuve detenido en sus calabozos, realmente espeluznantes, que te recomiendo visitar cuando tengas la oportunidad de acceder al mismo; solo se trataba de una ruta veraniega del Trote Cochinero. 

Me llevé una gran sorpresa cuando al ver que subía la patrulla de las fuerzas navales, pensaba que nos iban a desalojar, ya que el acceso a esta montaña está prohibido y más de una vez los he visto mandar para abajo a los senderistas, pero no, en esta ocasión supongo que porque se hicieron las gestiones administrativas oportunas, no solo no nos echaron sino que nos abrieron la reja pudiendo visitar el cotorno exterior del castillo, es decir el foso que al menos en esta ocasión no tenia cocodrilos. 

Y es que este castillo es parte importante de la historia de la ciudad, por lo que si te interesa te dejo abajo un par de enlaces para curiosear en la misma. No obstante me gusta mucho la siguiente anécdota que se produjo en el momento del alzamiento cantonal (fuente wikiloc):

Entró en la historia de España cuando en la madrugada entre el 11 y el 12 de julio de 1873 estalló una insurrección federalista que daría paso a la Revolución cantonal. Los revolucionarios en primer lugar dispararon un cañonazo para advertir de su éxito, y cuando buscaron una bandera roja en el semáforo del fuerte encontraron únicamente una bandera otomana, que izaron pensando equivocadamente que no se distinguiría la media luna blanca. Al conocer lo sucedido, el capitán general José Dueñas envía a Madrid su famoso telegrama: «El castillo de Galeras ha enarbolado bandera turca». Para enmendar la situación, un insurrecto se practicó un corte en el brazo con un cuchillo y tiñó con su sangre el símbolo islámico.

Hace unos meses tuve la oportunidad de hacerle una visita al interior del mismo, haciéndome  en la misma una idea muy aproximada de lo que tuvo que ser la vida militar en su interior, así pude visitar sus caballerizas, de grandes dimensiones, su patio central, amplias estancias para la tropa y lo que más impresiona las celdas donde se conservan las rejas y grilletes e incluso por un estrecho pasillo una especie de celda de aislamiento.

Una verdadera pena que no esté restaurado y puesto en valor, bien como museo militar, parador nacional, o simplemente restaurado, amueblado, y acondicionado para la visita de los miles de turistas que semanalmente nos visitan en los cruceros o en los periodos vacacionales. Espero que Puerto de Culturas aborde una nueva expansión en la recuperación de las muchas instalaciones que tenemos y se puedan llegar a acuerdos con la autoridad militar. Y si no puede ser aquí, por qué no el Castillo de San Julián, las Baterías de Santa Ana o Trincabotijas o el cuartel de Fajardo, o en otras muchas que existen.

En esta ocasión me acompañó mi perrilla “Chiripa”, dada su edad avanzada no me la suelo llevar en estos meses de verano pero dado que era nocturna, sin mucha exigencia de desnivel o distancia me la eché al coche. Siempre que me pongo las botas de montaña se pone a olisquearlas y saltar a mi alrededor, pidiéndome que me la lleve, pero como hacía ya unos meses que no me la llevaba, a pesar de tener las botas puestas, ponerle su collar de paseo y  su luz en el cuello para evitar que la pisen,  se quedó sentada en la puerta de casa mirandome pero sin seguirme hasta el coche, no se podía creer que se viniera. Cuando finalmente la llamé desde la puerta del jardín, saltó en una explosión de alegría, moviendo alborozada su rabito y a tal velocidad que fui incapaz de verla, teniéndola inmediatamente entre mis pies y revolcándose de alegría en los asientos traseros del coche.

En la última salida nos acompañó un perrazo grandote por lo que iba con la inquietud de su compatibilidad, por lo que nada más ver a su dueño le pregunte y me confirmo que no había ningún problema. Efectivamente se olisquearon y no hubo más que ladrar, claro que la Chiri cuando lo veía dirigirse hacia ella con su luz roja en el lomo se apartaba y se metía entre mis pies como si al diablo viera. 

En cuanto al personal, nuevamente sorprendido por la gran cantidad de gente que una noche verano, de un día de semana laborable, teniendo la mayoría que trabajar al día siguiente, se juntaron para realizar una ruta nocturna puramente familiar o de recreo. Solamente los más pequeños, dado lo tarde que se hizo, tuvieron  que acortar el trayecto. También hubo nuevos amigos que se incorporaron y quedaron gratamente sorprendidos por haber podido hacer la ruta sin grandes esfuerzos. 

Y digo que fue una ruta de recreo, porque es una maravilla poder deleitarse con las impresionantes vistas de la ciudad, del puerto y de las montañas que los rodean, primero atardeciendo y luego con una inmensa casi luna llena. Claro está que algunos les gusta más recrearse con las esencias de la uva con que el amigo Julián nos obsequia. 



Descripción de la ruta


Dejamos los coches al inicio de la carretera de la Algameca en el castizo barrio de la Concepción, junto al quiosco del puente de la Rambla Benipila. Avanzamos junto al cauce de la misma por el sendero que hay pegado al muro del Arsenal y que nos lleva hasta la puerta de la “Basan”.

Cogemos la carretera unos cientos de metros en dirección al faro de Navidad, desviándonos por la carretera que a nuestra derecha sube al Castillo. Ya sabéis el acceso está prohibido por ser zona militar por lo que debéis solicitar las correspondiente autorizaciones ante la autoridad naval. 

La carretera va haciendo eses para subir a su cima y en cada curva tenemos un escenario paisajístico distinto que además va variando conforme pasa el tiempo y va pasado la puesta de sol. Cuando llegamos arriba ya es noche cerrada. Los militares, que nos adelantan, nos abren la puerta del castillo y podemos darle una vuelta a  su recinto exterior, realmente demasiado rápida para mi gusto ya que no me pude recrear todo lo que hubiera querido en cada uno de los rincones que desde este magnífico mirador se divisan. 

Terminada la visita procedemos en la puerta del mismo a reponer fuerzas produciéndose justo en ese momento el espectáculo indescriptible de la salida de la luna llena justo delante de nuestra vista, elevándose por encima de la ermita del Calvario con una luz rojiza. 

Disparamos sin cesar nuestros artilugios fotográficos y regresamos por la carretera desviándonos para coger la pista que nos lleva hasta el Cuartel de Fajardo, también abandonado y en ruinas. El grupo se fue disgregando por diversas razones y el resto continuamos por un sendero que nos baja al camino de la batería de la Podadera, aunque nosotros regresamos ya para bajar a la carretera del Faro de Navidad que nos devuelve al punto de salida después de haber disfrutado de una maravillosa noche de verano, que fue acompañada por si faltaba algo de la mar de música de hilo musical, teniendo para nosotros el mejor anfiteatro. 



Hasta la próxima, nos vemos en el monte,


Guiada por Gerardo (Trote)
Castillo de Galeras en Wikipedia
Castillo de Galeras en Aforca
Imágenes propias
Imágenes Gerardo
Track


Presentación de mis imágenes



Datos del GPS



















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