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La Sierra de Castril es un trozo de Cazorla, que vete tu a saber porque motivo no fue incluida dentro del parque nacional, ya que supone una continuidad física de la zona montañosa y los valores naturales a conservar son muy parecidos. Esto ha dado lugar a que se proteja este espacio con la figura de Parque Natural con fecha 28/07/1989 y una extensión de 12.696 hectáreas en la provincia de Granada.

Este espacio esta presidido por el Río Castril, que sirve de eje central, siendo las montañas que lo rodean de Cazorla y Sierra Seca las que lo nutren desde cumbres próximas a los dos mil metros. Por el sur, poniendo fin a este parque natural, se remansan las aguas en el embalse del Portillo, junto a la ciudad que da nombre a la Sierra y que complementa la visita, con su espectacular cerrada volada sobre el río, su centro de interpretación y la visita a la misma.

Las principales alturas que conforman este valle son Tornajuelo (1915 m), Tejos (1987 m), Pico del Buitre (2021 m) , Empanadas (2106 m), Cerro de la Carrasca (1976 m), Morra de la Osa (1899 m), El Caballo (1925 m) entre otras en la cuerda con la Sierra de Cazorla y Zurdica (1833 m), La Cabañica (1764 m), Portacho Alto (2064 m) Tornajuelos (2136 m), Morra Laguna (2063 m) en la cuerda con la Sierra Seca.

Son muchos los calificativos que le podemos poner a la Sierra de Castril pero creo que el más adecuado es el de salvaje. Un espacio agreste y de difícil acceso a sus cumbres, a través de barrancos conformados por paredes con gran desnivel, por el que el hombre ha horadado senderos que los serpentean por los puntos más accesibles, con la finalidad de llegar a los mas inhóspitos lugares y aprovechar al máximo los recursos forestales, agrarios y ganaderos de la sierra, estableciendo cortijos en los puntos más recónditos. Son característicos de esta Sierra sus barrancos, que nacen en las altas cumbres, formando cerradas con profundas gargantas flanqueadas por paredones, entre los que cabe destacar, Túnez, Magdalena, Buitre, Osa, entre otros.

La presencia del agua ha moldeado estos territorios, tanto en las correntias por los barrancos como en la erosión de la piedra caliza, dando lugar a formas pintorescas a cada paso que andamos, creando en los montes un museo de formas rocosas que aparentan tener vida, moldeando figuras de animales, de hombres, de obeliscos, etc. Además estos cursos de agua mantienen la vegetación y permiten la presencia de animales que en esta época primaveral se dejan ver con más facilidad.

Afortunadamente la administración publica andaluza ofrece una gran cantidad de información de este espacio natural a través de la web, por lo que te remito a ella para ampliar tus conocimientos sobre este espacio natural, destacando especialmente el apartado de publicaciones. ENLACE Junta de Andalucia

El objetivo de la ruta era subir al emblemático pico Empanda de 2106 m, que aunque los limites del Parque Nacional adjudican su cumbre a Cazorla, lo cierto es que esta montaña es compartida con Castril, siendo por esta vertiente por donde tiene su ascenso más espectacular y dificultoso.

Es la cumbre más elevada del Parque Nacional de Cazorla, Segura y las Villas, sin embargo su ascensión desde esta se hace mucho más tendida por los Campos de Hernán Perea, y por lo tanto más accesible, siendo su belleza más espectacular realizando la ascensión remontando el Barranco de Túnez y así tener enfrente en todo momento su cara oriental conformada por una inmensa pared de imposible ascensión a pie.

ENLACE a Mendikat, información sobre la montaña

Muchos son los motivos para hacer esta dura ruta senderista, como son atravesar barrancos con agua, variedad vegetal, posibilidad de ver fauna distinta y hacer una cumbre difícil de más de dos mil metros, no por su complejidad técnica que no tiene ninguna sino por su lejanía de los caminos de aproximación que hace que la ruta sea larga y haya que superar un gran desnivel próximo a los +1500, así como ver unos paisajes oniricos de figuras talladas en la roca.

Pero de todos estos motivos uno fue el que me cautivó. De regreso de la cumbre, en la zona del Portillo, antes de llegar de nuevo al cortijo de la Puerca, un animal de grandes dimensiones sobrevolaba nuestras cabezas, lejos de alejarse como hacen la mayoría de estas aves, se acercó trazando círculos en el aire, su larga sombra se juntaba con la mía en el suelo tapándola completamente y por un instante dude de sus intenciones. Dado que iba unos metros por detrás del grupo haciendo fotografías y que la ruta me había agotado físicamente creo que la rapaz, un Buitre Leonado con casi tres metros de envergadura con las alas extendidas, se había percatado de mi extenuación y rondaba por si definitivamente caía, vamos que le parecí un plato suculento. Tras unas vueltas alrededor marchó dándome la oportunidad de fotografiarlo. Recientemente, en el medio urbano, he sufrido un acechamiento parecido, fue en el Paseo del Teatro Romano, donde unas gaviotas habían instalado sus nidos en las azoteas de las casas próximas y con unos graznidos y vuelos rasantes me advertían de que estaba demasiado cerca de su territorio. Toda una experiencia el poder ver estos animales a tan corta distancia.

Quiero agradecer al compañero Antonio del Club Senderista Totana, su compañía durante la ruta, y al que le debo unas cervezas que abonaré en la próxima salida que coincidamos. Esta es la segunda salida que hago con ellos y ya en la crónica de la primera salida dudaba sobre la dureza con que afrontaban las rutas, en aquella ocasión dado que era mucho más fácil no tuve problemas, pero lo cierto es que son un grupo cañero, que impone un ritmo fuerte de marcha, hasta tal punto fue que aun saliendo con casi una hora de retraso del horario previsto, a las cinco de la tarde ya habíamos finalizado la ruta, incluida la ascensión y la comida. No es una critica, cada grupo tiene su idiosincrasia, pero dado que publicito en este blog sus salidas si quiero advertir que si catalogan las rutas difíciles lo son, y además las hacen más, advertido estas.

Mi opinión es totalmente contraria al respecto, las rutas hay que hacerlas para disfrutar de ellas, no para hacer ejercicio físico exclusivamente, somos senderistas no atletas. En este caso se podría haber tardado un par de horas o más tranquilamente ya que hay luz solar para ello y haberla realizado a un ritmo más pausando parando y disfrutando de los mil rincones por los que pasamos e incluso haberla alargado para visitar el cercano nacimiento del río.

Uno de los lugares por lo que pasamos fueron las ruinas del Cortijo del Maestrillo, el cual tiene una historia muy peculiar y que os transcribo en palabras de uno de los insignes montañeros de este país:

“El llamado cortijo del Maestrillo fue morada durante cuarenta años de un maestro de escuela llamado Eduardo que un día se echó a vivir al monte para pasar sus días en completa soledad. Era visitado esporádicamente por pastores y serranos; incluso alguno de ellos aprendió a leer y escribir gracias a las enseñanzas de Eduardo. Asimiló de tal modo su aislamiento que se hizo anciano en su cabaña cumpliendo en ella 86 años. Conforme sumaba edad la gente del lugar vivía con preocupación su suerte sobre todo cuando los temporales se abatían sobre las Empanadas. Cuentan que en uno de estos nevazos pasaron muchos días sin saber del maestro por lo que los cortijanos avisaron a la Guardia Civil que consiguió subir hasta la cabaña donde le hallaron muy enfermo. Casi por la fuerza lo ingresaron en un hospital de Granada pero el maestro escapó a la primera oportunidad y regresó a las Empanadas. A los 86 años le falló la vista y pudieron convencerle de que se mudara a Castril a donde bajó con pena." -Juan Carlos García Gallego en Excursiones por el Sur de España-.

Esta fue la historia real, pero que os parece una recreación, que pone los pelos de punta, sobre estos hechos y que en todo caso sirve para meternos de lleno en lo que fue vivir en esta sierra en otros tiempos no tan lejanos, pincha en el siguiente enlace si estas interesado:

ENLACE “El collado de las Margaritas” de Angel Triguero

Descripción de la ruta

Esta es la ruta clásica de ascensión al Empanada, que aunque dura, te deja un buen sabor de boca. Existe una variante muy interesante y que haciéndola con tiempo primaveral puede ser interesante consistente en volver por el Barranco de la Osa, visitando un Tejo milenario y el Nacimiento del Río Castril, uno de los puntos más turísticos del Parque natural, por lo que considero muy interesante aunque suponga añadir unos cuantos kilómetros y sobre hora u hora y media más, pero sin peligro ni dificultad ya que es por sendero señalizado y en descenso.

El inicio de la ruta es en el Cortijo del Nacimiento, donde existen unas gigantescas tuberías de aprovechamiento hídrico, lugar donde se puede aparcar tras realizar unos pocos kilómetros por pista en aceptable estado para todo tipo de vehículos. ENLACE al inicio.

Seguimos el camino de herradura que se dirige al nacimiento del río castril, abandonándolo para cruzar un puente y coger el sendero que en un empinado sendero de caracol nos sube al paraje de La Puerca. Sin llegar al Cortijo giramos dirección sur y seguimos el sendero que se dirige al barranco de Túnez. Desde el Collado de los Corzos tendremos una prvilegiada vista del abrupto final del barranco, con sus farallones como la Veleta y el Collado de las Margaritas.

El sendero remonta el barranco hasta finalmente bajar al cauce, que en esta época lleva un curso de agua, tras una corta distancia por el mismo nos salimos hacia la izquierda para remontarlo a media ladera y bajar de nuevo ya en el Cortijo del Maestrillo. Lugar este bucólico, con verdes praderas de montaña, protegido por la mole vertical del Empanadas y rodeado por el curso de agua del Barranco de Túnez donde pudimos ver distintas clases de insectos, reptiles y aves sobrevolando nuestras cabezas. Prueba de la bondad de estas tierras en el gran rebaño de ovejas y cabras que un pastor cuidaba, y que sin duda es la mejor prevención de incendios que tiene el monte.

Tras una breve parada para almorzar y descansar comenzamos el ataque a la cumbre, muy cercana en distancia pero aun lejana en cuanto a desnivel, más de 600 m de subida nos quedan desde este punto. Existen dos opciones para subir, derecha o izquierda, en esta ocasión tomamos dirección al Collado de la Cruz, subiendo el Picon del Durillo. Aquí el sendero se pierde con gran facilidad, solo hay que remontar el barranco seco por donde más accesible se vea y coger una de las mil sendas que se han formando.

Superado este punto tenemos a nuestro alcance la cuerda del Empanada por la que hacemos cumbre, por cierto el punto geodésico esta hecho polvo, requiere una renovación. Desde la cumbre las vistas son estupendas, teniendo a tu alcance toda la Sierra de Cazorla e intuyéndose la de Segura más alejada, por el otro lado, asoma la omnipresente Sagra por encima de Sierra Seca.

La ausencia de viento y una temperatura agradable hace que comamos en la cumbre en lugar de bajar a un sitio con mas sombra. El descenso se hace por el Collado del Salitre, frente al Cerro de la Carrasca, para continuar unos cientos de metros y ascender el Portacho.

Desde aquí ya se divisan abajo los prados de la Puerca, por lo que nos tiramos en un "to tieso p'abajo" en un divertido descenso en el que probamos el agarre de nuestras botas sobre las rocas.

En el Cortijo de la Puerca reponemos líquidos con las sandias que le sobraron del avituallamiento de la trail “Quebranhuesos” que se celebró por la mañana y que el pastor nos ofreció y que devoramos con “ansia viva”, así como repusimos líquidos de la fuente.

El resto del camino hasta los coches coincide con el camino de ida, afortunadamente más tranquilo al haber terminado los eventos y desaparecido la marabunta de gente en traje de deporte.